Si alguien pensaba que Argentina iba a tener un encuentro fácil ante Bosnia y Herzegovina, se equivocó, pues el partido de ésta noche en el histórico Maracaná de Rio de Janeiro, dejó entrever mucha lectura de lo que es la selección albiceleste, pero ilusión de lo que podrá crecer; sus rivales sin ser del otro mundo le plantaron cara con un futbol rocoso, duro, frio y por momentos incomodo que fue llevando el partido los primeros 45 minutos por la lucha ardua en medio campo, sin control del encuentro y aunque con llegadas a los arcos, con poca claridad.
Para el segundo tiempo el técnico ché Sabella modificó esa línea de 5 en la defensiva y con el ingreso de Gago e Higuaín le cambió la cara al encuentro generando mayor control de medio campo, para dar completa libertad a Lio Messi que empezó a barrer sobre la defensa bosnia comandada por Spahic. Si en el primer tiempo el autogol a los 5 minutos por cuenta de Kolasinac le había dado ventaja a Argentina, en el segundo las modificaciones hicieron ver mas suelto al cuadro sudamericano, que llegó con más peligros a la portería de Begovic.
Con alas abiertas con Di María juntándose con Agüero por el lado izquierdo y el refresco de Higuaín por el derecho, la labor de Messi en el centro campo fue más demoledora sin ser totalmente clarificada, pero sirvió para sobrellevar el control del juego; después vino lo que toda la afición esperaba y deseaba la genialidad del capitán Lio, quien arrancando desde medio campo y en triangulación llegó al límite del área y lanzo un zapatazo directo al poste derecho del protero bosnio, que al pegar en el, se incrusto para el dos a cero.
El relax fue tal que un descuido hizo que Bosnia y Herzegovina anotara con Ibisevic el descuento y acortar la ventaja, dejando los últimos 8 minutos para la angustia y desespero de la afición argentina, hasta que sonó el silbatazo final. Muchas conclusiones deberá sacar Alejandro Sabella para mejorar su dirección, por ahora los tres puntos le dan la tranquilidad y casi casi el pase a la siguiente ronda.
Lo anecdótico: Que Argentina pisara el Maracaná el estadio más importante de la Copa, antes que el anfitrión Brasil.
Lo curioso: Messi anotó apenas su segundo gol en mundiales y coincidentemente ante una selección de un país con “dos nombres” como en 2006, que le anoto a “Serbia y Montenegro” y ahora lo hizo a “Bosnia y Herzegovina”.
Informe de Eugenio Espinosa (desde México)
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