Corría el año de 1988 cuando el Irapuato un equipo mexicano modesto de la Primera División de México, asentado en el Bajío mexicano sorprendió al mundillo futbolístico del país al anunciar con gran entusiasmo que llegaba para jugar con los llamados “freseros” uno de los mejores jugadores argentinos de aquella época, internacional con su selección y con gran reconocimiento en el viejo continente: Alejandro Sabella
Precedido de el reconocimiento por haber jugado en Inglaterra con el Leeds United y el Sheffield United, luego de salir de las filas de River Plate y pasar por Estudiantes de la Plata donde fue dirigido por Carlos Bilardo, para irse ahora hacia Brasil y jugar con el Gremio de Porto Alegre, el llamado “Pachorra” llega a la ciudad mexicana del mismo nombre Irapuato, después de una pausa en Ferro de su país natal.
Presentado en junio de 1988 llegó para regar su calidad en el Estadio Irapuato (llamado así en aquellas épocas) de la ciudad guanajuatense y marcó una época en el equipo guinda al dejar recuerdos de su gran técnica, calidad, toque de balón y exquisita inteligencia, que la afición irapuatense aún lo recuerda con afecto.
En una entrevista en un medio mexicano impreso de la época ya manifestaba sus inquietudes de dirigir, si bien ya lo hacía cuando jugaba al ser casi una extensión del técnico del Irapuato. Grandes jugadas del “Pachorra” Sabella recuerda la afición junto con otros jugadores de calidad que militaban en ese entonces en Irapuato, como Horacio Rocha, Juanito Morales y Paco Rotllan entre otros.
Ni por asomo se imaginaba que se cumpliría su deseo de ser técnico y de poder dirigir a la selección albiceleste como lo hace ahora en Brasil 2014, para saldarse él mismo una deuda que tenía con la selección argentina donde por causas de una lesión o por diferencias técnicas no fue convocado a los mundiales de España 1982 y México 1986.
Grandes recuerdos dejó Alejandro Sabella que seguramente la afición del Irapuato (ahora en la Liga de Ascenso MX un escalón debajo de la Primera División) luego de la eliminación mexicana, estará hinchando por la Argentina, porque un trozo de Irapuato está ahora con los albicelestes. Su don de gentes, su gran corazón y su deseo de ayudar a los chicos, se unieron a su futbol para ser imborrable su paso por los Freseros del Irapuato.
Informe de Eugenio Espinosa (desde México)
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